
El ordenamiento territorial es una herramienta fundamental para hacer frente a los efectos, cada vez más intensos, de los fenómenos hidrometeorológicos extraordinarios, aseguró el doctor Álvaro Gerardo Palacio Aponte, coordinador de la Licenciatura en Geografía de la Facultad de Ciencias Sociales y Humanidades (FCSyH) de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí (UASLP).
El especialista explicó que el territorio presenta tanto potencialidades como limitaciones, y el ordenamiento busca precisamente ubicar de forma estratégica la infraestructura, los asentamientos humanos y los espacios públicos, tomando en cuenta los riesgos naturales. “Es saber dónde sí podemos colocar a la población, calles, drenajes, edificios, y dónde definitivamente no, por ejemplo, zonas susceptibles a inundaciones”, detalló.
Comentó que en ciudades como San Luis Potosí existen áreas urbanizadas en lugares donde originalmente no debía haber construcciones, como zonas de escurrimiento natural de agua provenientes de la Sierra de San Miguelito o Escalerillas. Esto, dijo, ha agravado el problema de las inundaciones, porque se ha inhibido la infiltración del agua con superficies pavimentadas, lo que provoca escurrimientos más rápidos y de mayor volumen.
“El problema es que la infraestructura existente no fue diseñada para estos volúmenes y velocidades de agua. Con el cambio climático, los fenómenos meteorológicos extraordinarios se han hecho más frecuentes e intensos”, afirmó el académico.
Destacó la necesidad urgente de reordenar zonas urbanas mal planeadas, así como la importancia de utilizar cobertura vegetal para ayudar a la absorción del agua y reducir la energía de escurrimientos. “Hay que pensar en reforestar áreas como el Parque Tangamanga o Morales, para que funcionen como esponjas que amortigüen las lluvias intensas”, propuso.
El doctor Palacio Aponte aclaró que estos fenómenos no son exclusivos de San Luis Potosí, sino que se repiten en muchas ciudades del país, especialmente en zonas urbanas y suburbanas, y que, aunque existen planes de ordenamiento elaborados por instancias como el Instituto Municipal de Planeación (Implan), revertir el crecimiento urbano desordenado es una tarea difícil. “Hay mucha presión por el uso del suelo. Aumenta la industria, aumentan los asentamientos y, muchas veces, el crecimiento es descontrolado”, expresó.
Subrayó que uno de los principales mensajes que se deben compartir es la necesidad de ser empáticos con los entornos naturales originales. “Debemos asumir que los fenómenos climáticos se van a intensificar. Ya no hablamos de predicciones, sino de realidades. Las lluvias son más intensas, más concentradas en el tiempo y con mayor impacto”, advirtió.
En este sentido, reconoció que desde la propia UASLP se han hecho esfuerzos para enfrentar este desafío, como la elaboración de atlas en tiempo real que permiten detectar zonas de riesgo de inundación, en colaboración con Protección Civil y autoridades municipales, como parte del trabajo del Laboratorio Nacional de Variabilidad Climática, Teledetección y Evaluación de Riesgos (Variclim).
Finalmente, comentó que la geografía “es una ciencia que nos permite entender y manejar el territorio, desde la cartografía, el uso de sistemas de información geográfica, drones, imágenes satelitales, hasta el estudio de problemáticas sociales y culturales, como la distribución de pueblos originarios”.
“La Licenciatura en Geografía de la UASLP ofrece muchas herramientas para hacer diagnósticos y enfrentar retos actuales como el cambio climático y la planeación territorial. Es una carrera muy completa y cada vez más relevante”, concluyó.