En los últimos años hemos visto pasar por el congreso de San Luis Potosí una amplia variedad de diputados, entre ellos varios con comportamientos agresivos e intolerantes, que es, en quienes nos vamos a enforcar y recordar en esta ocasión.
La diputada panista Raquel Hurtado Barrera, en 2011 agredió físicamente y amenazó a un periodista, siempre mostró una actitud beligerante y poco tolerante a la crítica.
Fernando Pérez Espinoza, conocido como “Calolo” y tras ser parte clave de una legislatura convulsionada por los enfrentamientos contra la sociedad, por intentar aprobar los aumentos desmedidos al transporte urbano, aferrarse al cobro de la tenencia y autorizar un endeudamiento al estado propuestos por Fernando Toranzo, intentó modificar la ley para que quienes hacían críticas al gobierno en redes sociales, pudieran ser considerados casi como “terroristas”, lo que causó bastante indignación no solo a nivel estatal si no nacional y su iniciativa no tuvo éxito.
Posteriormente, llegó la legislatura más corrupta y agresiva de la historia, donde un sujeto prepotente, el diputado perredista Sergio Desfassiux Cabello estuvo siempre en el ojo del huracán, todo un patán y con comportamientos salvajes, varias ocasiones intentó irse a los golpes a manifestantes que reclamaban en el congreso del estado.
Otro caso muy parecido, es el de José Luis Romero Calzada que llegó al congreso por el PRI, un tipo agresivo, despótico y belicoso. También tiene denuncias penales por amenazar a periodistas y activistas. Siendo diputado fue denunciado por la Fiscalía General de la República por el robo de combustible, lavado de dinero y evasión fiscal. Además, por personas a las que les robó la identidad y falsificó sus firmas, ya que usando documentos apócrifos y facturas de empresas fantasmas desvió fuertes cantidades de dinero que estaban destinadas para ayudar a gente de escasos recursos.
Desfassiux y Romero Calzada, verdaderos criminales que son una mancha terrible en la historia del congreso potosino.
Manuel Barrera del partido verde, también integrante de la peor legislatura, estuvo ligado en varios casos emblemáticos de corrupción, entre ellos el conocido como “la ecuación corrupta”. Intentó amedrentar a un importante medio de comunicación y en febrero del 2018 lo demandó por sufrir un “daño moral”. Su amenazante denuncia no prosperó y se le voltearon las cosas. El 17 de julio de 2019, un juez declaró procedente el incidente de costas y gastos y se condenó a Manuel Barrera Guillén a pagar un millón de pesos. El 13 de diciembre siguiente se declaró el formal embargo de cuentas de banco de Barrera Guillén para hacer frente a los compromisos judiciales que él generó.
La diputada plurinominal Gabriela Martínez Lárraga, influenciada por el proceder de su esposo José Luis Romero, integró la legislatura pasada y de igual forma, fue sumamente intolerante a la crítica, y vivió enfrentada con muchos periodistas. Fue denunciada penalmente por amenazas. Tuvo un comportamiento incongruente con lo que decía y hacía, ya que presidió la comisión de derechos humanos y tanto ella como su pareja, fueron constantes violadores de los derechos humanos y seguido agresores de mujeres.
Y finalmente, uno de los casos más recientes, fue el de Emma Idalia Saldaña, diputada plurinominal de Movimiento Ciudadano, integrante de la pasada legislatura y parte de la Comisión de Atención a Periodistas, que, ante cualquier crítica, de forma totalmente intolerante arremetía contra periodistas. Demostrando un sesgo muy grave, ya que siento integrante de esta importante comisión, atacaba a quienes la señalaban y se enfurecía ante los señalamientos. Incluso, existen grabaciones de estas sesiones que demuestran este ruin comportamiento contra los periodistas incomodos.
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