noviembre 16, 2024
IMG-20240517-WA0030

En el marco del Pride Cultural, organizado por la Universidad Autónoma de San Luis Potosí (UASLP) y del Día Internacional contra la Homofobia, se presentó el reconocido activista Enrique Torre Molina, cofundador de Colmena 41 —programa que busca acompañar y reconocer la labor de las y los emprendedores LGBTQ+ en México—, para exponer la charla “Reflexión sobre el valor de los espacios de diversidad e inclusión LGBTQ+ en el contexto universitario”.

El activista mencionó los retos a los que se ha enfrentado a lo largo de su vida y trayectoria profesional, hizo énfasis que crecer en una ciudad como Mérida, con muchos temas de conservadurismo y con una sociedad más cerrada, lo llevó a tomar la decisión de salir de su ciudad para vivir de una manera más libre y abierta, por lo que se mudó a Puebla para estudiar en la Universidad de las Américas; allí se dio cuenta de que había un grupo de estudiantes LGBTQ+ universitarios, en donde realizaban diversos eventos de inclusión para esta comunidad con eventos como talleres y ciclos de cine.

Desde su perspectiva menciona que, al paso de los años, la visión que la sociedad tiene por la comunidad LGBTQ+ ha cambiado, resaltó que en gran parte las universidades han jugado un papel fundamental ya que 2005 a 2010 que curso la universidad conoció a varios grupos que organizaban eventos para la comunidad LGBTQ+.

“He visto cómo ha aumentado en varios estados y que son lugares que podemos pensar que en México son imposibles, o que no hay manera de tener un espacio para hablar de la comunidad de una manera contundente y visible; en el contexto de las universidades lo veo cada vez más tanto en instituciones privadas y públicas, religiosas y laicas, esto me parece un indicador de que generacionalmente las cosas van mejorando y que desde las instituciones, las autoridades, dan más apoyo, esto me dice que estas personas están entendiendo, aprendiendo y se vuelven aliadas de la comunidad”.

Destacó que espacios como el Pride Cultural de la UASLP deben volverse normales y visibles como cualquier otro evento u otro espacio, “algo que sigue pasando es que quien lo organiza sigue encontrándose con retos de presupuesto, apoyo, de comunicación, siguen existiendo muchas trabas, formas sutiles -o no tan sutiles – de ocultarlo o de frenar que existan espacios como éste”.

Dijo que eso debe cambiar, “y creo que todas las personas que son parte de la universidad, estudiantes, catedráticos, investigadores deben tener un mínimo de formación, capacitación o sensibilización por temas de diversidad en general, no solo sexual, en temas de no discriminación para asegurarse que desde su rol no lo hagan y contribuyan a una universidad, un aula y un ambiente más incluyente, más libre y más informada”.

Finalmente, señaló que la sociedad puede contribuir a crear más espacios incluyentes desde la educación, ya que cada vez más contamos con espacios y recursos suficientes para que la gente pueda informarse, “es importante ver qué mensajes hemos absorbido desde muy pequeños, qué cosas consumimos en los medios de comunicación, qué escuché en la escuela que me hizo pensar como pienso, porque esa es la llave para ir cambiando, y volverte un aliado de la inclusión y la igualdad de las personas”.